Fenix llegó al parque decidida a enviar un mensaje claro a todas sus rivales: no hay espacio para la debilidad en su mundo. Cuando Tessa, vestida con un coqueto conjunto blanco y botas bordadas, apareció confiada y desafiante, Fenix sonrió con burla detrás de su máscara. Lo que comenzó como un cara a cara tenso, rápidamente se convirtió en una despiadada paliza pública. Tessa fue sometida a llaves dolorosas, empujada contra la cerca, lanzada al pasto y golpeada contra estructuras del parque. Los gritos de la joven contrastaban con la actitud fría y calculadora de Fenix, que no tuvo piedad hasta verla sangrar. A cada castigo, Tessa perdía fuerza, mientras Fenix la dominaba con una mezcla de técnica brutal y humillación psicológica. Una historia intensa de poder, dominio y castigo donde una luchadora no solo es vencida físicamente, sino emocionalmente expuesta ante todos.